"… si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios" 1 Pedro 2:20
Es natural que querramos defendernos de la injusticia y
devolver el golpe. Pero, si nos quedamos tranquilos y somos pacíficos
cuando otros nos maltratan y nos persiguen, estamos respondiendo con una
actitud cristiana, lo cual no siempre conseguimos hacer.
Sin embargo, Dios quiere desarrollar en nosotros
cualidades que no son naturales en nuestra vida, debido a eso
enfrentamos en muchos momentos, muchas luchas internas. Cualquier
persona puede ser paciente cuando las cosas salen como quiere, lo
difícil es estar bien cuando las cosas van aparentemente mal.
Las mayores virtudes para desarrollar en estos tiempos de
turbulencia, es permanecer en calma, ceder derechos, tener paciencia y
soportar la provocación. Pedro nos dice que si soportamos esto, somos
aprobados delante de Dios (1 Pedro 2:20).
Fénelon, un teólogo del siglo XVII, lo expresó así: "No
te molestes tanto cuando te defrauden los hombres y las mujeres
malvados. Déjalos que hagan lo que quieran; sólo procura hacer la
voluntad de Dios. Tus recompensas por cada cosa mala que te hagan serán,
una paz silenciosa y una dulce comunión con Dios. Fija la mirada en
Él". El Señor permite que aparezcan situaciones dolorosas en tu vida, y
según Fénelon, "lo hace para beneficiarte". Lo que sucede es que no le
creemos a Dios cuando nos dice: “todas las cosas les ayudan a bien..Ro.
8:28". No siempre obra para el bien que nosotros pensamos o deseamos,
sino "para que sean hechos conforme a la imagen de su hijo... Ro. 8:29",
y ese es el mayor bien que puede obtener un hijo de Dios del Padre
Celestial.
Además cuando respondemos a la injusticia con una
conducta cristiana, nuestra ansiedad, inseguridad y pesimismo se
convertirán en tranquilidad, estabilidad y esperanza.
Posiblemente
te preguntes: ¿Por qué ataco ferozmente cuando me maltratan? ¿Por qué
soy tan presto a defenderme o a vengarme? . ¿No será acaso porque
valoramos mucho nuestra comodidad, derechos propios y que somos
egoístas?
Si es así, debemos orar haciendo eco de las palabras de
Agustín "Sáname de esa ansia pecaminosa que tengo de querer vindicarme
siempre". Y busca practicar las palabra de Juan el bautista: “Es
necesario que él crezca, pero que yo mengüe” (Jn. 3:30).
Reflexión: La mejor manera de responder al mal es haciendo el bien.
“No
paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los
hombres. No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal” (Ro.
12:17,21).
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