El pecado esta a la orden del día, y es una realidad con la que tenemos que aprender a vivir, no es que un día nos vamos a levantar y las opciones de pecado vayan a desaparecer, ¡No! Porque mientras
el Señor no viene por nosotros seguiremos en una constante lucha entre
el deseo de pecar y la voluntad de agradar a Dios evitando caer en el
pecado.
A veces parecerá que las tentaciones se
ponen enfrente de nosotros de toda clase, de todos colores y sabores, y
es allí en donde realmente demostraremos de que está hecha nuestra
voluntad de ser fieles a Dios.
La Biblia dice:
“Cuando ustedes sean tentados a hacer lo malo,
no le echen la culpa a Dios, porque él no puede ser tentado, ni tienta a
nadie a hacer lo malo. Al contrario, cuando somos tentados, son
nuestros propios deseos los que nos arrastran y dominan. Los malos
deseos nos llevan a pecar; y cuando vivimos sólo para hacer lo malo, lo
único que nos espera es la muerte eterna”.
Santiago 1:13-15
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