"[Dios] dijo: No te desampararé, ni te dejaré" Hebreos 13:5
¿Has
notado cómo la mala memoria de las personas puede poner a prueba
nuestra paciencia? Como profesor, mi paciencia es puesta a prueba cada
vez que un alumno se olvida de hacer algún deber que ha sido
detalladamente explicado.
En la historia de José en la Biblia, vemos un ejemplo muchísimo peor de
lo que es una mala memoria; y sólo podemos imaginar la manera en que,
por ello, José luchó por mantener la paciencia.
Mientras estuvo en la
cárcel, José interpretó un sueño del copero del rey, que llevó a la
liberación de aquel hombre. José le dijo: «Acuérdate, pues, de mí cuando
tengas ese bien, y te ruego que uses conmigo de misericordia, y hagas
mención de mí a Faraón, y me saques de esta casa» (Génesis 40:14). Sería
lógico que, después de que José había ayudado al copero a obtener su
libertad, éste se acordara de él y le pusiese en el primer lugar de su
lista de «cosas para hacer». Pero pasaron dos años antes de que el
copero le hablara al faraón acerca de José (Gn.41:9). Finalmente, José
fue liberado.
Imagina la impaciencia de José mientras esperaba cada día en esa
mazmorra (Gn.40:15), tal vez pensando que nunca más sería liberado. Pero
José tenía un recurso: La presencia de Dios (Gn.39:21), al igual que
nosotros (Hebreos 13:5). Cuando te sientas impaciente, apóyate en Dios
que siempre está contigo. Él convertirá tu impaciencia en paciente
confianza
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