jueves, 14 de junio de 2012

El Ministerio de la Palabra

Y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra.
Hechos 6:4

Vivimos en tiempos cuando la iglesia y el mundo necesitan más que nunca de la Palabra de Dios.  En el tiempo de la iglesia primitiva, los Apóstoles se dieron cuenta que necesitaban tiempo para dedicarse al “ministerio de la Palabra”.  Ellos entendieron que esa tarea era de suma importancia y no podían dejarla de lado para dedicarse a otros asuntos que aunque de importancia, robarían tiempo a lo más necesario “el ministerio de la Palabra”.  Los Apóstoles escogieron siete varones capacitados para que ayudaran sirviendo a las mesas mientras ellos seguían “sin descuidar” su llamado.  Que buen ejemplo a seguir.  Hoy día son muchos los líderes que se envuelven en tantas cosas que se olvidan de que su “llamado” al ministerio es primordialmente el de la palabra. 
La Palabra de Dios es la Escritura:
En tiempos pasados era común decir que el predicador iba a “exponer la palabra de Dios”.  El predicador leía un verso o porción de la Escritura y luego ‘exponía’ la palabra al pueblo de Dios.  Este método es poderoso porque nos trae la palabra de Dios al presente.  Nos enseña y nos prepara con verdades espirituales tomadas de la Biblia y que podemos aplicar a nuestra vida.  Pero ahora muy poco se “expone” la palabra.  Muchos predicadores pasan tiempo trayendo anécdotas, cuentos e historias que aunque a veces tienen buenas enseñanzas morales en realidad nada tienen que ver con la Biblia.   El problema es que a las personas no les interesa mucho oír la palabra de Dios, les aburre y les cansa y por eso los predicadores han buscado formas de ‘ajustar’ su mensaje al oído de los oyentes.  Pero la Biblia dice “la fe viene por el oír y el oír por la palabra de Dios”.  Si lo que predicamos no es “palabra de Dios” no podemos esperar que las personas reciban la fe en Dios que es tan importante para la salvación del alma.  La Biblia dice que “sin fe es IMPOSIBLE agradar a Dios” (Heb. 11:6a) y también dice que “es necesario que el que se acerca a Dios ‘CREA’ que la hay y que es galardonador de los que le buscan”(Heb. 11:6b).  Si la fe es tan importante, y la fe viene “por oír la palabra de Dios”, estamos haciendo un daño muy grande si no exponemos la iglesia y al mundo a la Palabra de Dios.

La Escritura es Suficiente

Existen personas que piensan que la Biblia es suficiente pero hace falta algo más.  Lo cierto es que si la Biblia es suficiente no hace falta algo más y si hace falta algo más la Biblia no es suficiente.  Por ejemplo, aunque la Biblia dice que “hay un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre” (1 Tim 2:5), a los Católicos se les enseña que deben buscar la ‘mediación’ de Maria.  Ellos creen en “Cristo y en Maria”.  Recuerdo que una vez visité una parroquia Católica muy famosa aquí en la ciudad y en la parte del frente, en el medio tenían un muñequita llamada “la Caridad del Cobre”.  Esa es la patrona de Cuba.  Muy cerca de aquel lugar donde las personas se acercaban a hacer sus peticiones y rezos había un letrero que decía “A Dios Padre por medio de Cristo a través de Maria”.  De verdad me llamó la atención aquel letrero.  Los líderes Católicos engañan a sus seguidores al hacerles pensar que ‘necesitan’ a Maria de intercesora para llegar a Cristo y que Cristo llegue a Dios.  Lo cierto es que la Biblia no dice NADA de eso en ninguna parte.  Cristo es ‘suficiente’ intermediario ¡y punto!  Él es único mediador y es único abogado para nosotros ante el Padre. 
Interesantemente muchos Evangélicos tienen una mentalidad igual a la de los Católicos.  Para ellos la Biblia es suficiente pero también hacen falta “profetas”.  Ellos creen en "la Biblia y el profeta", para ellos los profetas "complementan" la Biblia.  Por eso corren de acá para allá buscando “una palabra” de algún profeta u hombre de Dios.  Cuando a algunos no les gusta lo que la Biblia dice con respecto a algo, ellos salen buscando a ver quien es el "profeta de Dios", el "pastor", "teólogo" o "ministro" que le diga lo que quieren escuchar y cuando lo encuentran lo aceptan y desechan TODO lo que ya Dios ha dicho en Su Palabra.  Recuerdo el caso de una joven que estaba deseosa de casarse con un muchacho.  Ese muchacho había estaba separado de su esposa aunque todavía no se había divorciado.  Ella me pidió un consejo y simplemente le dije “si te casas con él, cometerás adulterio”, eso es lo que dice la Palabra de Dios.  No pasó mucho tiempo cuando me enteré que un “hombre de Dios” le dijo que no había problemas y que sí se podía casar con aquel hombre  y se casó con él.  Hoy ya están divorciados. 
Los profetas tienen una labor dentro del cuerpo de Cristo. De la misma manera que en el pasado los profetas traían al pueblo la palabra de Dios que ya Dios había escrito, los profetas simplemente ‘repetían’ al pueblo lo que ya Dios había dicho.  Tenemos las historias de los profetas Jeremías, Isaías, Amós, etc.  Estos hombres de Dios fueron levantados para “profetizar al pueblo”.  Ellos simplemente repetían lo que Dios había dicho en su ley que sucedería si desobedecían sus mandamientos.  Dios les dijo en la ley que si desobedecían ellos serían llevados cautivos a una tierra lejana.  .  Los profetas repetían ese mismo mensaje.  
Nosotros creemos en el ministerio profético.  La Biblia dice que Dios ha dado el “don de profecía” (1 Cor. 12).  Pero los profetas de hoy tienen una labor muy importante dentro del pueblo de Dios. 

1 Corintios 14

3 Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación.

Los profetas deben de repetir y confirmar con sus palabras lo que Dios ha dicho en la Biblia.  El profeta está puesto para “exhortar” conforme a la Biblia, para “edificar” conforme a la Palabra de Dios” y para “consolación” de acuerdo a las Escrituras.  Dios puede usar a alguien para ‘advertirnos’ de algún peligro o dirigirnos en alguna situación muy particular pero esos casos son muy especiales fuera de lo común. Si escuchamos la voz de Dios y nos dejamos guiar por su Palabra, el mismo Dios nos dirigirá en lo que hemos de hacer. 
Los "ministerios proféticos" han crecido muchísimo durante estos últimos días y la razón es porque los "cristianos" no creen en lo que dice la Biblia o no creen que es suficiente.  Si creyeran lo que la Biblia dice no irían en busca del "profeta" o la "profetiza". Estar en busca de "una palabra profética" no es señal de fe sino de incredulidad y desconfianza en la Palabra de Dios.  Si buscamos ‘profecía’ hacemos bien en escuchar lo que la Biblia dice respecto a eso.  El Apóstol Pedro declara: 
2 Pedro 1:18-21
19 Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones; 20 entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, 21 porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.

Algunos profetas como Daniel, Ezequiel y el mismo Joel recibieron ‘visiones’ para el tiempo futuro que están escritas en la palabra, la Biblia.  Los Profetas de la Iglesia primitiva recibían 'revelaciones' para la iglesia las cuales debían ser consideradas por los líderes de la congregación. (1 Cor. 14).  Ellos no contaban con el Nuevo Testamento completo como lo tenemos hoy.  Pero ya no hay más  'revelaciones'.  No hay más revelación profética de importancia para el pueblo de Dios.  Todo lo que Dios quiere que sepamos en cuanto al futuro está en su Palabra. Cristo dijo “si alguno oye mis palabras y las hace le compararé con un hombre prudente que edificó su casa sobre la roca”. Las palabras de Cristo están escritas en la Biblia y por eso es “la Palabra de Dios”.  Todo lo que Dios quiere que sepamos está escrito en las páginas de la Biblia.  La Biblia está completa y no le hace falta nada.  La Biblia es nuestra guía y nuestra única y suficiente regla de fe y conducta: 
2 Timoteo 3:15-17
15 y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. 16 Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, 17 a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. 

Literalmente, la Biblia es ‘aliento de Dios’ y contiene ‘TODO’ lo que necesitamos para tener vidas “perfectas” ante Dios y con los hombres.  En las Sagradas Escrituras encontramos  TODO lo necesario para: 
1.      salvación (vs. 15)
2.      nuestro conocimiento (nos enseña – vs. 16)
3.      nuestra disciplina (nos redarguye – vs. 16)
4.      nuestro proceder (nos corrige –vs. 16)
5.      nuestro comportamiento con los demás (nos instruye en justicia – vs. 16)
6.      nuestro ministerio (nos prepara para toda buena obra – vs. 17) 
¿Cuáles son las cosas de importancia en la vida?  
¨       ¿Si deseas saber cómo ser salvo? La Biblia nos da testimonio de Cristo. Cristo es el centro de la Biblia.  Ahí tenemos todo lo que nos hace falta para alcanzar la salvación. 
¨       ¿Si deseas saber cómo manejar las finanzas? La Biblia nos instruye como hacerlo.
¨       ¿Si quieres saber con quien casarte? La Biblia te dice “con quien quieras siempre y cuando sea en el Señor”, “con propósitos puros” que den gloria a Dios.
¨       ¿Sí deseas saber si puedes hacer algo? La Biblia te dice que todo te es lícito, aunque no todo te conviene.
¨       ¿Si deseas saber que casa comprar? La Biblia te dice “la que puedas pagar”, no como el hombre de la parábola que comenzó a construir una casa y no pudo terminarla porque le faltó dinero.
¨       ¿Si deseas saber a que país, estado o ciudad mudarte? Al lugar donde puedas dar gloria a Dios con más libertad y ser de mayor bendición a la obra.  
¨      ¿Si deseas saber donde trabajar?  En el lugar donde Dios te abra la puerta y donde puedas hacer un buen trabajo poniendo el nombre de Cristo en alto.

La lista sigue pero para todo hay respuesta en la Biblia.  Usted se sorprenderá de todo lo que la Biblia dice que es relevante para AHORA MISMO.  El periódico de ayer no sirve hoy pero la Biblia no pasa de moda.  Siempre está al día. Es la “Palabra de Dios” ¡Gloria a Dios!
Hace falta que "con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído no sea que nos deslicemos".  (Heb. 2:1).  Si fracasamos en alguna área de nuestra vida, sea en la que sea, es porque no hemos atendido a las cosas que debemos atender.  Lo triste de los deslices es que nunca ocurren “solos”.  Siempre arrastran a otros con ellos y hacen mucho daño no solamente a los que caen sino a los que le rodean. 
Debemos de estar siempre prestos para ESCUCHAR la palabra de Dios cuando es predicada.  Algunas personas no piensan en la importancia de ‘escuchar’ la predicación de la Biblia. Pero el pueblo de Dios tenía mandamiento de que escuchara la predicación (la exposición) de la Palabra de Dios de parte del Sumo Sacerdote y los Maestros de la ley.  Es muy importante escuchar la Biblia.  NO pienses que no lo es - recuerda "la fe viene por el oír y el oír por la palabra de Dios". 
Hoy más que nunca debemos de escudriñar y estudiar la Escritura.  En ella y por ella podremos ser verdaderamente victoriosos en nuestra vida.  El pueblo de Israel “pereció por falta de conocimiento... porque desechó el conocimiento” (Oseas 4:6).  Pero cuando ponemos la atención debida a la Palabra sabremos lo que Dios quiere que sepamos.  La Biblia nos da conocimiento de Dios.
La Palabra es:
  1. Fuego (Jeremías 5:14)
  2. Espada (Hebreos 4:12, Efesios 6:17)
  3. Martillo (Jeremías 23:29)
  4. Semilla (Lucas8:11; 1 Pedro 1:23)
  5. Leche (1 Pedro 2:2)
  6. Carne (Hebreos 5:12-14)
  7. Luz (Salmo 119:105)
  8. Espejo (Santiago 1:23-25)
  9. Poder (Hechos 20:32)
  10. Vida (Juan 6:63, 68)
¿Que hacer con la Palabra de Dios?
  1. Comerla espiritualmente para crecimiento espiritual (Jeremías 15:16)
  2. Leerla diariamente para beneficio personal.
  3. Cuestionarla:
    1. ¿Que porción de la lectura sobresale para mí?
    2. ¿Porque esta porción ha tomado mi atención?
    3. ¿Hay algún ejemplo que debo seguir?
    4. ¿Hay algún error que debo evitar?
    5. ¿Hay algo que debo hacer?
    6. ¿Hay alguna promesa que debo reclamar?
    7. ¿Hay algún pecado que debo confesar?
  1. Medítela para poner por práctica (Josué 1:8)
  2. Planéala, hágala parte de su plan diario.
  3. Ore para que reciba entendimiento al estudiarla.
  4. Compártala con otros para que reciban bendición y salud espiritual.
  5. ¡Vívala! De manera que transforme su proceder y refleje a Cristo en su vida.

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